Escribir no es solo sentarse frente a un teclado o una libreta y dejar que las palabras fluyan. Para muchos escritores, la creatividad viene acompañada de costumbres extrañas, supersticiones y rituales que parecen sacados de una novela en sí misma. Algunos necesitan cierto tipo de luz, otros solo pueden escribir en condiciones específicas y hay quienes llevan sus excentricidades al extremo.
Si alguna vez te has sentido raro por necesitar un café específico, un bolígrafo concreto o un espacio perfectamente ordenado para escribir, tranquilo: estás en buena compañía. Aquí tienes algunas de las manías más curiosas de escritores famosos.
📖 1. Victor Hugo y la escritura en... desnudez total 😱
El autor de Los miserables tenía una estrategia radical para evitar distracciones: se desnudaba completamente y pedía a su asistente que escondiera su ropa. Así, sin posibilidad de salir de casa, se obligaba a escribir. Para soportar el frío, se envolvía en una manta. Digno de una novela, ¿no?
📖 2. Agatha Christie y su amor por la bañera🍏
La reina del misterio encontraba su mejor inspiración en la bañera, comiendo manzanas. Para ella, la combinación de agua caliente y fruta era la clave para desentrañar crímenes literarios. No tenía un escritorio fijo y escribía donde se sintiera más cómoda, incluso en la cocina.
📖 3. Hemingway y la escritura de pie😩
Ernest Hemingway tenía la costumbre de escribir siempre de pie, con la máquina de escribir sobre una estantería alta. Se dice que esta postura le ayudaba a mantenerse alerta y concentrado. Además, aseguraba que su mejor momento para escribir era temprano en la mañana, cuando nadie lo molestaba.
El maestro del terror es muy metódico: escribe 2,000 palabras diarias, sin excepciones. Su escritorio debe estar perfectamente organizado, y antes de empezar necesita escuchar música y beber un vaso de agua o té. También tiene una obsesión con el número tres: repite acciones en grupos de tres porque cree que le trae suerte.
📖 5. Truman Capote, el escritor "horizontal"😲
Capote decía que no podía escribir sentado en un escritorio. Necesitaba estar acostado en la cama o en un sofá, con una bebida al lado (normalmente café por la mañana y algo más fuerte por la tarde). Decía ser un "escritor completamente horizontal".
El próximo artículo seguiré con las manías de nuestros querido y adorados escritores consagrados.
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