Seguimos continuando el post anterior. Vuelvo a repetir el terror español está viviendo su momento más dulce, y los nombres que lo están haciendo posible son cada vez más potentes. Empecemos por Carlos Sisí, que con su "Los Caminantes" revolucionó el género zombi en España, creando una saga que ya es de culto. O ahí tenemos a Elia Barceló, que con "La Roca de Is" nos regaló una obra maestra del terror psicológico ambientada en un pueblo costero.
Mención especial merece Emilio Bueso, cuya novela "Transcrepuscular" mezcla el terror rural con elementos lovecraftianos de una manera única. Y hablando de terror rural, imposible no mencionar a Félix J. Palma y su "El horror de Dunwich 2.0", una brillante actualización del clásico de Lovecraft al contexto español.
En la línea más experimental, tenemos a David Roas con "Distorsiones", donde mezcla el terror cotidiano con lo absurdo, creando una atmósfera única. Y no podemos olvidar a Cristina Fernández Cubas, que en "La habitación de Nona" nos demuestra que el terror psicológico puede ser tan sutil como perturbador.
Los nuevos valores también están pegando fuerte. Gemma Solsona con "La magia de los huesos" está revolucionando el género con su mezcla de folklore y terror contemporáneo. Y qué decir de José Carlos Somoza, que en "Tetra" nos presenta un thriller con elementos de terror que te mantiene en vilo hasta la última página.
El microrrelato también tiene sus estrellas: Patricia Esteban Erlés con "Casa de Muñecas" ha creado pequeñas joyas del terror que se clavan en la memoria. Y en la línea más gore, Santiago García-Clairac con "El libro de los muertos" ha demostrado que el splatterpunk también tiene su sitio en nuestra literatura.
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