Debo reconocer que no soy muy aficionado al género de fantasía, pero cuando llegó esta novela del maestro del terror la curiosidad me pudo. ¿Qué tratamiento especial le habrá dado el amigo Stephen a dragones y mundos fantástico? no pude remediarlo y me dispuse a leerlo y de aquella lectura nace esta reseña.
Se nota el estilo de King en todos los rincones de la novela, los escenarios descrito inconfundible, como siempre, en algún lugar del estado de Maine: un pueblo pequeño y en la vida de personajes de clase media azotados por terribles desgracias que amenazan con liquidar con lo que le queda de familia al protagonista.
Sigue las reglas de estructura que siempre le ha dado resultado al maestro, pero, tal vez sea yo con mis prejuicios, quién piensa que cuando nuestro autor intenta darle ese carácter terrorífico al mundo en el se adentra el chico, se pierde un poco. Pero es normal, ya que dotar a ese mundo fantástico y reconocible por todos una pátina terrorífica no es moco de pavo.
El protagonista casi evita caer en el estereotipo de "Mary Sue" ya que nos recuerda frecuentemente que también puede ser un chico malo. La verdad, una manera un poco simplona de evitarlo
Como es costumbre en él el final puede que no convenza, pero ¿Quién soy yo para juzgar?, además ya es parte de su estilo.
Es una novela entretenida, de fácil lectura, y si eres un fanático de Stephen King, puedes que no te la pierdas, pero si por casualidad te olvidas de ella, tan poco te pierdes nada.
No está a la altura de otras de sus obras, pero tampoco es una basura; si te apetece, te lo pasaras bien con su ágil lectura.
Pues hasta la próxima.
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